Presupuesto y reformas: Luis Caputo se sumó a la mesa política de Karina Milei para analizar los pedidos de los gobernadores

Karina Milei maneja la política del Gobierno y Luis Caputo, los números. La secretaria general de Presidencia -la funcionaria más poderosa del Gabinete- y el ministro de Economía se vieron las caras este martes al mediodía en una nueva reunión de la mesa política del oficialismo, sin la presencia del Presidente, para repasar la estrategia legislativa y los pedidos de los gobernadores.

El titular del Palacio de Hacienda se sumó por primera vez a la relanzada mesa política de los Milei. Allí tienen asiento Manuel Adorni, Martín Menem, Diego Santilli, Patricia Bullrich y Santiago Caputo.

Los dos primeros son soldados de Karina. El jefe de Gabinete había sugerido por lo bajo que no sería parte de la política, pero no deja de participar de las reuniones que los gobernadores mantienen con el ministro del Interior, que son -además- en su propio despacho.

El rol de cada uno

El presidente de Diputados marca la agenda y sigue con el raid mediático que inauguró después de las elecciones. Patricia Bullrich mete ruido en el Senado, busca sacarle más diputados al PRO y ya se mueve como jefa de bloque. Santilli empuja la ruptura del bloque del peronismo, pero ya sufrió un recorte de sus atribuciones, que recuperó parcialmente.

El asesor e integrante del triángulo de hierro perdió poder después de las elecciones, aunque volvió a la mesa de estrategia la semana pasada, y Milei lo sostiene. Todavía mantiene a los funcionarios en áreas relevantes del Gobierno, que le responden.

La primera foto de Milei con el nuevo Gabinete. Foto: EFELa primera foto de Milei con el nuevo Gabinete. Foto: EFE

La novedad fue la visita de Luis Caputo, que antes de las elecciones se había sumado a una nueva mesa federal que se suponía que compartiría con el eyectado ministro del Interior Lisandro Catalán, que la semana pasada -la primera de Santilli- como ministro se fotografió con el presidente de la Cámara Baja; en otro gesto de sutil bienvenida al ex legislador.

Los pedidos de los gobernadores

Santilli recogió pedidos varios de las reuniones que mantuvo con más de una decena de gobernadores de todos los signos políticos, con la excepción de los peronistas y opositores duros: Axel Kicillof (Buenos Aires), Gildo Insfrán (Formosa), Ricardo Quintela (La Rioja) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego).

La mayoría de los mandatarios provinciales pidieron obras viales, de Transporte, deudas con las cajas previsionales y garantías del Tesoro para las provincias que planean emitir deuda. Todas son áreas y decisiones que requieren de la firma del ministro de Economía.

Santilli junto a Manuel Adorni y el gobernador de Catamarca, Raúl Jalil.Santilli junto a Manuel Adorni y el gobernador de Catamarca, Raúl Jalil.

El viernes continuará con su raid, en Santiago del Estero, cuando visite al gobernador Gerardo Zamora, un jugador clave que acumuló poder cerca del kirchnerismo pero que ya mostró su pragmatismo para ayudar al oficialismo y también a Macri, cuando era presidente.

Luis Caputo se había reunido mano a mano con Jorge Macri la semana pasada para discutir la nueva deuda ($ 274 mil millones) de la Nación con la Ciudad por la coparticipación que llegó hasta la Corte. El jefe de Gobierno supeditó el apoyó del PRO al Presupuesto solo si se escucha el reclamo de CABA. El bloque de diputados del PRO tenía previsto reunirse por la tarde para estudiar su posición.

Diferencias sobre las reformas

Como informó Clarín y explicitó Menem, el Gobierno no modificó sus planes de avanzar primero con el Presupuesto y continuar luego con la reforma laboral antes de discutir la reforma tributaria y la del Código Penal, que promueve el Presidente.

En materia laboral hay decisiones que no están saldadas. Federico Sturzenegger volvió a plantear en X que los gremialistas caranchean a los trabajadores con los aportes sindicales.

En la mesa política del Gobierno son varias las voces que sugieren no chocar de frente con la CGT, aunque todavía el diálogo con la central obrera y con los empresarios no se activó. Entre los empresarios también hay dudas.

Si algunos gremialistas temen que la reforma se transforme en una flexibilización que no alcance para generar más empleo y se lo facturen sus bases, entre algunos empresarios se expande la idea de que los cambios podrían ser más cosméticos que profundos, con el solo objetivo de ofrendar a Estados Unidos una demostración de que el Gobierno puede plasmar los consensos que Scott Bessent le solicitó a Luis Caputo. En el Gobierno niegan esa posibilidad.

La letra chica de la reforma laboral todavía no se conoce. El Gobierno la oficializaría en la última reunión del año del Consejo de Mayo: el 15 de diciembre. Pretenden enviar la versión final al Congreso el 18 de enero, en el segundo tramo de las sesiones extraordinarias.

Mandatarios provinciales de peso también ven con preocupación que el Gobierno no comparte la letra chica y todavía no les garantiza apoyos.

El Presidente negó en X las versiones que salieron de Economía, que sugerían que el Gobierno podría empujar la eliminación del monotributo para blanquear trabajadores. Tampoco se hizo cargo de las presuntas negociaciones con el kirchnerismo para completar las vacantes de la Corte Suprema.

“Dicen que voy a acordar con el kirchnerismo para ampliar la Corte Suprema y no es así. Salvo que vos estén haciendo algo que yo no sepa, pero yo no habilité nada”, dijo el Presidente entre risas mientras miraba a Santiago Caputo la noche del 13 de agosto cuando reunió a sus diputados para hablar sobre su visión económica, comer empanadas y ver Homo Argentum, la película de Guillermo Francella.

Puertas adentro de la mesa de poder mileísta hay actores molestos con el desembarco de Bullrich en el Senado, porque entienden que activó a los opositores que podrían acelerar la sanción de la nueva ley de DNU y motivar un nuevo veto presidencial justo antes de que el Gobierno inaugure su agenda de reformas.

Fuente: www.clarin.com

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